Debajo de los papayos
Abstract
—¿Qué dices? Que le vendiste una guanábana ¿A quién?
—A Isabel la Católica.
—¡Qué bruto eres Bernardino! Isabel la Católica tiene siglos que murió.
—No Julia, te juro que yo se la vendí, salió de su casa con una bata blanca y escogió la guanábana más grande.
—Te estoy diciendo que esa mujer está muerta, y no de ahora, desde hace mucho tiempo.
—Ay Julia, ¡Que ignorante eres! ¡Claro que era ella!
—¿Y cómo lo sabes?
—Porque afuera de su casa había un letrero que decía su nombre: Isabel la Católica.