Podría ser que cuando uno es lector, no por necesidad estudiantil, como sucede generalmente en las aulas universitarias; sino por necesidad ontológica, que permita conocernos más y mejor; como forma de descubrir lo ignorante que hemos sido y seguiremos siendo (nada más
que con conocimiento de causa); y sobre todo, conocer que, a través de las palabras, se puede escuchar y sentir el verdadero placer de disfrutar la vida y, por lo tanto, su real sentido; el cómo leer y por qué, libro escrito por el crítico literario y profesor de humanidades en la Universidad de Yale, Harold Bloom, no tendría ningún interés, más que el de la curiosidad o el voyerismo intelectual de una práctica vivida todos los días. Pero no, el doctor Bloom es alguien dedicado en enseñar a leer a jóvenes universitarios por más de cinco décadas; a caminar las veredas que se deben seguir, para acompañarse de los grandes escritores de la humanidad, y descubrir la piedra de toque en la lectura de textos literarios.